Los desafíos de ser educador dentro de la industria de la coctelería con Martín Suliman

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¿Cómo comenzaste este camino y cómo te proyectas en unos años? 

Comencé como muchos de los bartenders referentes en el mundo de la coctelería: jugando, experimentando y descubriendo. Cuando era adolescente me fascinaba preparar clericós en las fiestas familiares.

Con respecto a la coctelería, crecí en una era que ha sido ampliamente bastardeada, marcada por creaciones como el “Pantera Rosa”, el “Esperma de Pitufo”, el “7 Colores”, entre otros (década del 90`).

En el año 2001 viajé a la ciudad de Río Cuarto a estudiar, al mismo tiempo comencé a trabajar en boliches hasta 2005, que es cuando ingresé en el Club House de un country, allí tuve la suerte de probar muchas bebidas que solo había visto en publicidades.

En 2006 renuncio y decido emprender por mi cuenta – con mucho miedo, los últimos ahorros y el apoyo incondicional de quien hoy es mi esposa-  nace Limón y Menta Barras Móviles.

El tiempo iba pasando y mi empresa seguía creciendo. La vida me llevó a formar equipo con grandes personas que hoy son amigos e inclusive, una de ellas terminó siendo mi socio.

En el año 2020, y en plena pandemia, tuve la suerte de comenzar un proyecto personal que anhelaba: fundé mi propia academia de coctelería, Ámbar Academy.

Hoy después de casi 20 años en la industria puedo decir que me siento feliz de haber confiado desde el inicio en este proyecto y de poder vivir de lo que realmente me apasiona.

Mi objetivo a largo plazo es continuar capacitándome y que Limón y Menta Barras Móviles siga creciendo, siempre alineado a las últimas tendencias de la industria.

Y si hablamos de la academia, mi intención es continuar formando a futuros bartenders apasionados por el servicio y la hospitalidad.

¿Cuál es tu objetivo como educador? 

Poder transmitir mis conocimientos y mi experiencia sin guardarme nada. Entendiendo que la visión y perspectiva de los demás nos puede servir como herramienta para hacer más fácil el aprendizaje, cultivando la creatividad e impulsando la motivación personal. 

¿Qué es lo que más te impulsa/motiva dentro de la coctelería? 

Saber que detrás nuestro (los más “viejos”) viene un grupo de jóvenes con ganas de crecer y aprender, que se inspira en los referentes destacados de la industria. Aunque muchos de ellos no se dan cuenta del trabajo y la dedicación que invirtieron para llegar a ser quienes son hoy.

Es ahí, dónde encuentro la motivación: mostrar que, quienes fueron nuestros referentes y quienes lo siguen siendo, comenzaron como esos chicos que encuentro escuchando mis clases.

¿En dónde te encontrás hoy? 

Hoy me encuentro en el lugar que más amo: siendo el profesor de coctelería en mi propia academia.

¿Cuál crees que es tu rol dentro de la coctelería argentina? 

Mi rol como profesor consiste en infundir confianza a cada uno de los jóvenes que están dando sus primeros pasos, inspirarlos para que comprendan que con esfuerzo, estudio, valores, dedicación y confianza, cada uno puede alcanzar sus sueños.

Y como bartender, mi función consiste en demostrar que un profesional no solo se destaca por preparar los mejores cócteles, sino por su capacidad para comprender y aplicar el verdadero significado de servicio y hospitalidad. Debe ser capaz de reconocer que cada miembro de su equipo desempeña un papel fundamental en el camino hacia el éxito, dejando de lado el ego y transmitiendo su vasto conocimiento a las generaciones futuras.

Me despido, no sin antes, reconocer y agradecer a cada uno de los que confiaron en mí, incluso en los momentos más desafiantes. Agradezco a todos aquellos que formaron parte de mis proyectos personales, haciendo una especial mención a mi esposa.
Y por último pero no menos importante, reconocer al “jefecito”, como cariñosamente lo llamo, por confiar en mí para realizar lo que más disfruto: comunicar.

Martin Suliman